Concierto No. 1 en Fa menor «Mexicano»
Allegro
Andante
Presto
Este gran concierto para piano y orquesta es concebido con dos objetivos principales: el de honrar a la tradición clásica y romántica; y el de ser indiscutiblemente mexicano y sumamente innovador. Por esto es que este concierto no solo encuentra su inspiración en el folklore y el sentir mexicano sino también en los grandes conciertos de la literatura pianística.
Los temas que lo componen recibieron dos tipos de tratamiento; el primero fue el de reducir estos temas hasta sus propiedades más básicas y usarlas para crear algo completamente nuevo. El segundo fue desarrollarlos tan profundamente como fuera posible para que se convirtieran completamente en otros motivos.
La interacción entre el piano y la orquesta es compleja; los numerosos solos para varios instrumentos y las secciones orquestales hacen que la orquesta tenga un papel prominente y es esencial en todo momento. Cuando acompaña al solista, realza los temas y mantiene la unidad del pasaje; hay veces en que embellece el virtuosismo del piano. En otras ocasiones compite con el solista en importancia y prominencia. Hay lugares en que ambos el piano y la orquesta están tan íntimamente ligados que es imposible concebir uno sin el otro; sin embargo, aunque la orquesta tiene un papel fundamental, el piano nunca deja de ser el protagonista, ya sea tocando melodías intimas, pasajes de gran virtuosismo, acompañando a otro instrumento, incorporándose a la textura orquestal o compitiendo contra toda la orquesta.
La unidad y la coherencia de esta obra se logra a través del hecho que sus tres movimientos comparten los mismos objetivos estructurales, tienen construcciones armónicas similares y en numerosas ocasiones el material temático, rítmico y melódico de un movimiento está discretamente presente en los otros.
La estructura del primer movimiento es un “Allegro de Sonata” modificado en donde la re-exposición es abreviada e incorpora elementos de la introducción para permitir más tiempo a la cadenza y lograr así un balance orgánico. Para comprender mejor este movimiento hay que considerar que las diez primeras notas (dos primeros compases) del tema fueron la base de todo. De estas pocas notas es que nace la triple fuga que sirve como desarrollo para este movimiento. Primero se completaron estas notas del tema para crear un stretto , después a ese tema “hibrido” se le escribieron dos contra-sujetos que a su vez son usados y desarrollados en la exposición y re-exposición. Como un dato curioso, sólo es hasta la entrada del tercer tema de la fuga que queda en evidencia por un momento que el tema de partida fue una modificación al modo menor de la popular “Guadalajara” de Pepe Guizar.
El segundo movimiento evoca una canción mexicana muy estilizada. El carácter calmando, amoroso y en ocasiones misterioso sirve como un descanso entre dos movimientos llenos de vigor. Está escrito en forma ternaria y, aunque es un movimiento independiente, está estrechamente relacionado con el resto del concierto. Los temas expuestos aquí son el producto de la mezcla y posterior desarrollo de las melodías de los otros movimientos. Obviamente, el sentir dulce de está obra transforma su carácter al punto de que esta relación puede pasar desapercibida por completo.
El tercer movimiento también sigue la estructura “Allegro de Sonata” modificada del primero pero sin la introducción. Comienza presentando desde el piano el tema un tanto variado de la popular obra veracruzana “El Cascabel”. Después de presentarlo con la mayor claridad posible, mi objetivo era transformarlo y explotarlo hasta llevarlo lo más lejos posible; conforme avanza esta obra, su melodía, ritmo, armonía, contrapunto y textura se vuelven cada vez más complejos; esto crea atmosferas y pasajes sumamente excitantes que culminan en un clímax apasionante. Este movimiento final está lleno de contrastes y de diálogos entre el piano y la orquesta; los pasajes liricos y virtuosos se entremezclan; su energía su vivacidad están presentes en todo momento hasta que la brillante coda le da al concierto un poderoso final.
This great concerto for piano and orchestra is conceived with the two main objectives: honoring the classical and romantic tradition; and being undoubtedly Mexican and innovative. Because of this, my concerto finds its inspiration not only in the Mexican folklore and feeling, but also, in the great concertos of the piano literature. The themes that make this work up received two kind of treatment. The first one was to reduce these themes until their most basic properties and use them to create something entirely new. The second one was to develop then as deeply as possible so that they become completely other motives.
The interaction between the piano and the orchestra is complex; the numerous solos for various instrument and the orchestral sections give the orchestra a prominent role and it becomes essential at all times. When accompanying the soloist, it enhances the themes and maintains the unity of the passage; there are occasions when it embellishes the virtuosity of the piano. At other times it competes with the soloist in importance and prominence. Sometimes, both the piano and orchestra are so intimately linked that is impossible to conceived one with out the other; however, although the orchestra has a fundamental role, the piano never ceases to be the protagonist. Whether it is playing intimate melodies, passages of great virtuosity, accompanying other instruments, joining the orchestral texture, or competing against the whole orchestra.
The unity and coherence of this work is achieved through the fact that its three movements share the same structural objectives, have similar harmonic constructions and on numerous occasions the thematic, rhythmic and melodic material of one movement is discreetly present in the others.
The first movement’s structure is a modified “Sonata-Allegro form” in which the re-exposition is shortened and incorporates elements from the introduction in order to allow more time for the cadenza and thus achieving an organic balance. In order to understand this movement better, we must consider that the basis for everything were the first ten notes (first two bars) of the theme. It is form these few notes that the triple fugue, that serves has a development, is born. First, these notes were completed to create a stretto; then, two counter-subjects were written to this “hybrid” theme, which in turn are used and developed in the exposition and re-exposition. As an interesting fact, the starting theme, a modification to the minor mode of Pepe Guizar “Guadalajara”, is only briefly evident until fugue’s third theme.
The second movement evokes a very stylized Mexican song. The calm, loving, and even mysterious character act as a resting point between two vigorous movements. This work is written in ternary form; y, although it is an independent movement, it is closely related to the other movements. The motifs exposed here are the outcome of mixing and developing the themes from the first and last movements. Obviously, its dolce feeling transforms the themes character to the point that this relationship can go completely unnoticed.
The third movement also follows the modified “Sonata-Allegro form” but without the introduction. It begins presenting from the piano a variation of the very popular song “El Cascabel”. After presenting it as clear as possible, my goal was to transform it and exploit it until taking it as far as possible. As this movement progresses, its melody, rhythm, harmony, counterpoint and texture become more and more complex; this creates exciting atmospheres and passages that culminate in a passionate climax. This final movement is full of contrasts and dialogues between the piano and the orchestra; lyrical passages blend vigorous ones; its energy and vivacity never stops until the la brilliant coda brings this concerto to a powerful finale.
Es hermoso y mantiene el interés constantemente. Ahora hay que escucharlo en vivo.
This is a virtuoso concerto and work of substance. First movement is surprisingly tonal for 21st century music and is full of alternative riffs of delightful melody and dramatic stunts. A brilliant work which is destined to be and crowd pleaser. Magnificently conceived and executed. A worthy addition to classical piano concerto repertory.